miércoles, 19 de noviembre de 2014

Morfosintaxis.

Para mi

A veces odio el amo.
Odio el verbo que me coacciona suspiro tras suspiro.
Odio tener que sufrir en consecuencia de ese verbo. Me prueba constantemente, y me pregunta ¿hasta cuánto puedes aguantar?.
¡Vete al carajo! No puede ser que la única forma de utilizarlo sea con el adverbio "dolorosamente" detrás.
Estoy harta de abrirme la cabeza cada vez que otro sintagma nominal hace peligrar la estructura de la oración.
Estoy harta de sentirme atada a un verbo que me impide hacer metáforas,volar.
¿Porqué tiene que ser tan peligroso usarlo? Sería más fácil usar aquellos que no implican tanta temeridad, no sé un duermo o un como.
No.
Es que quiero usarlo libremente, cambiar las estructuras prediseñadas y olvidarme del profesor de lengua que tachará la frase porqué dirá: todo el mundo lo hace así.
Quiero que el verbo no encadene al complemento indirecto que está en una situación parecida a la del sujeto. Quiero inventarme mis propias reglas, poner sillones nuevos en la Academia Real del Sentimiento y tachar palabras que ya no tendrán idea en las cabezas sintientes.
Celo, Atar, Sufrir...me temo que tendréis que querellaros.
Dejadme deciros, gente que ata su felicidad entorno a la fonética del verbo y que tiene pesadillas con dejarlo de usar algún día, que hay alternativa.
Sí.
El músculo es tuyo y no hay ley que te diga como usarlo. Deja de temer que se rompa la estructura. ¿Y qué si es así? Hay otros verbos y sujetos y palabras. El texto que aún tienes que escribir es muy largo. Usadlo libremente, sin miedo a que el indirecto se rebele contra él. Si lo hace ya le encontraremos sustituto. Quizá no hará falta porqué el sujeto se dará cuenta que tiene autonomía, y que no necesita complementos.
Quizá os daréis cuenta que podéis romper con la palabra y empezar a sentir.
Sin pensar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario